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adecuados.
Horacio Quiroga (1879-1937)
EL ALMOHADON DE PLUMAS
...
SU LUNA DE miel fue .............. largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida,.....................
carácter duro de
su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero
estremecimiento cuando volviendo de noche juntos por .............. calle, echaba una furtiva mirada a la
alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a
conocer. Durante tres meses se habían casado en abril — vivieron una dicha especial. Sin duda hubiera
ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva e incauta ternura; pero
....impasible semblante de su marido la contenía siempre. La........... casa en que vivian
influía un poco en sus estremecimientos. La blancura ....... patio silencioso frisos, columnas y
estatuas de mármol producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial
estuco, sin el más leve rasguño en ........... altas paredes, afirmaba aquella sensación de
desapacible frío. ............. acruzar de ..... ..pieza a otra,
pasos hallaban eco en toda la
casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia. En ese extraño nido de amor, Alicia
pasó todo .... otoño. No obstante, había concluido por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y
aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido. No es raro que
adelgazara. Tuvo ... ligero ataque de influenza que se arrastro insidiosamente dias y dias; Alicia
no se reponía nunca.
fin una tarde pudo salir .... jardín apoyada en el brazo de el
Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó
...... mano por
la cabeza, y Alicia rompió en seguida en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró largamente todo
su espanto callado, redoblando el llanto a la menor tentativa de caricia. Luego los sollozos fueron
retardándose, y aun quedó largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni decir una palabra. Fue ese
último día que Alicia estuvo levantada.
día siguiente amaneció desvanecida. El
médico de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole calma y descanso absolutos. [...]

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